El poeta Relámpago y el Extranjero hablan en el Séptimo Cielo. Las Aventuras del Capitán Vulgaridad. De los siete mares a el séptimo cielo. Tercera parte.

El poeta Relámpago y el Extranjero hablan en el Séptimo Cielo. Las Aventuras del Capitán Vulgaridad. De los siete mares a el séptimo cielo. Tercera parte.

El poeta Relámpago se encuentra a la puerta de su departamento con su amigo, el Extranjero. Antes de abrir el Extranjero le pregunta:
-¿Así que estamos a las puertas del séptimo cielo? La felicidad de los poetas, el regocijo de las musas. Vaya ocurrencia, o coincidencia: vivir en un 7 C y ponerle el séptimo cielo- dijo el extranjero.
-Bueno no nos demoremos- comenzó a decir el poeta-. Con estas llaves, que son las llaves de mi corazón, y la de los séptimos cielos, se entra a mi casa. Las musas tienen una copia. Las noches grises, y los gatos en los tejados, también.
El extranjero, que conocía las mañas del poeta, y sabiendo que aunque poetizando, hablaba en chiste. Y el era un amigo, no tenia que hacer alardes de poeta, le dijo:
-Dale boludo abrí la puerta y preparate unos mates.
Se rieron, el poeta no puedo instintivamente seguir con la oratoria y dijo:
-Preparate a entrar en el séptimo cielo. Levantaras en vuelo chapter la imaginación, pisando las alfombras de mi suelo. Y abrió.
Si bien el extranjero se lo imaginaba, quedo deslumbrado ante lo que veía. Las paredes, todas, estaban forradas de libros. Salvo una donde estaba la mesa y un escritorio, en la otra un sofá, y otra con un ventanal a al calle, parte de ellas, estaban forradas de estantes con libros y regalos, cuadros, portarretratos. Era un bazar de la memoria y el saber.
-¿Por eso el séptimo cielo, por los libros?- preguntó el Extranjero.
-Los libros es una parte de la felicidad, la memoria también, por eso los recuerdos y las alfombras que invitan a querer a las musas entre las sombras- dijo el poeta.
Se sentaron a al mesa. El poeta puso la pava para el mate. El extranjero le preguntó, mirando un libro que veía:
-¿Tenes un manual de seducción?- en tono sorprendido.
-Si lo compré una vez, me llamo la atención. Soy el seductor de las musas, ¿No? Tenia que tenerlo. Igual ya sabes mis criterios sobre los manuales. Sirven para ciertos casos, es la experiencia del que lo escribió. Además al final de cuentas, de nada servirá las técnicas que uses. Podes ensayar miles de estrategias, al final, si vas a seducir sera con tu encanto particular. Me ha llegado el caso que luego de tanto planearlo, las musas me han dicho algo y tuve que cambiar la estrategia, es decir lo que había planeado no sirvió. Hace años que lo comprendí. Me muevo por lo que dicta el momento. Y al final tendrás que ser vos mismo. Y si seduces, bien, y sino, no había nada que seducir.
-Pero vos tenes una actitud seductora todo el tiempo- le dijo el Extranjero.
-Bueno ese es otro tema- le dijo el poeta y rieron- Estuve pensando el otro día en el anti Cupido, el Escupido, por decir algo. Por que los manuales de seducción te hablan de como enamorar a alguien, o como seducirla, pero nada te dicen que como desenamorarla. Existe un Cupido, que te enamora, pero no un Escupido que te desenamora.
- El Escupido. Jaja. Vaya ocurrencia.- Y para que el tema no se vaya muy por ahí le preguntó- ¿Así que en este escritorio escribís? le dijo el Extranjero.
-Si, a veces ahí, otras sobre esta mesa, y a veces en el sofá. Y otras en el café Rapsoda.
-¿Tenes horarios y métodos?- preguntó el Extranjero pero conociendo al poeta sabía la respuesta.
-Bueno ya sabes que no. Me levanto y escribo. Y las cosas van saliendo. Los personajes no están delineados, van hablando y creciendo a medida que escribo. Luego releo y puedo ir conociéndolos, si tengo que describirlos. Puede que tenga una idea en la cabeza, de como son. Supongo que si. Pero no me paro a pensar y describirlos antes de escribirlos. Los escribo a medida que escribo. El método es mas o menos así. Estoy caminando, o haciendo algo y se me ocurren cosas. Ideas. Entonces me siento. Y se van desarrollando a medida que las escribo. Bueno ese es el método Matutino.
-¿Las musas?- dijo el Extranjero.
-Si las musas, si no fuera por ellas. Como te digo. Las musas no solo son mujeres. Pueden ser una idea, un lugar, una vivencia. Un momento. Ellas me dan la inspiración y yo a cambio les dejo mis palabras.

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