A Cervantes y el Quijote.
Quien iba a decir que sin estudiar hizo escuela,
Y que mejores tiempos eran los de antes.
Y que segundas partes nunca fueron buenas.
Y que Sanchos sorprendería en una isla barataria.
A sus pies se rinden las más magnas novelas.
El Dante cabalgaría su infierno sobre rocinante,
Que correría tinta caballeresca por sus venas,
Y que al fin y al cabo: ¡genio y figura literaria!
No había otra que Dulcinea, desfacia entuertos
con el corazón sin que nadie se lo pida.
Y que su obra en la marea, llegó a buen puerto.
¿Tú duda? la tísica razón, ¿Y tú tormento?:
Que la gloria te persiga en larga vida,
Antes que te inmortalicen en cemento.
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