97. Unos Ojos desafían a un tratado de belleza. Del poemario: Un soneto no es un culo inquieto.
No podrás creerme lo que me dijo ese genio,
Que atendía una tienda de ramos generales.
A veces lo entiendes a primera, a veces a años,
Sus poemas por aquellos días sonaban extraños.
Con tanto falso profeta al final del milenio,
Yo llevo conmigo mis genios particulares.
Si invocas a la poesía no sufrirás daño,
Si vas con alegría no sufrirás desengaños.
Unos Ojos desafían a un tratado de belleza,
Mis versos rojo que con su séquito destronan
a la nobleza, cuando pierde la cabeza.
La razón se rinde ante el Rey de las rarezas,
Una rima de plata y un soneto que vale oro coronan,
con una sonrisa a la mas tiránica tristeza.
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