37. Viajo en ascensor cinco estrellas. Del poemario: Un soneto no es un culo inquieto.
Viajo en ascensor cinco estrellas,
Ya hoy a mis séptimos cielos.
En mi juicio final una querella,
Si no sigo rodando por el suelo.
¡No ves que yo canto a las cosas
bellas!
Se apiado el infierno en
desconsuelo,
Cuando le dije: ¡No me alejes de ellas!
Y entre dientes, mordió mi anzuelo.
Y a la hora del último recuento,
Voto a un Dios que Yo no miento,
Casi se seca la tinta de mis venas.
Me daba tanta pena, en cuartetas,
Imagínate, como rapsoda y poeta.
No
llegar a contar el cuento.
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