Un domingo de Novela. Las Aventuras de Pinocho. El suplemento Dominical Energético de Gastón Matute. Domingo 08-10-2017
Un domingo de Novela. Las Aventuras de Pinocho. El suplemento Dominical Energético de Gastón Matute.
Llamé un domingo de novela a esta sección dominical, un suplemento como el que sale en los diarios, energético, vital, que dará animo y fuerza, y hablará de un libro cada fin de semana. Y como decía, un domingo de novela, porque justamente, un domingo que por lo general no leo ni escribo, lo paso fenomenal, es decir de novela, grandioso. Ademas el domingo es como un descanso, como un dios que ha trabajado en sus creaciones 6 días a al semana para al séptimo día, sentarse a contemplar todo lo que ha creado.
Hoy voy a hablar en esta primera entrega, de las aventuras de Pinocho. Si bien el tridente universal, para mí, es El Quijote, Alicia en el país de las maravillas y el Principito, el que me marco de chico y fue con el primero que escuchaba hasta el cansancio sus cassettes en el audio, y veía sus dibujos, fue con Pinocho. Además como es mi primer domingo que voy a hablar de libros, y este libro habla sobre un niño, y a mi fue el primer libro que me gusto de chico, vamos a hablar por primera vez de Pinocho.
Pinocho es un niño de madera, al que le da vida un hada madrina en la película, y ya tenia un alma que Yepeto su padre fue forjando y esculpiendo, de un vulgar trozo de madera. El padre Yepeto quiere divertir y divertirse con su muñeco, como yo divertir con mis versos. Un padre que daría todo por sus creaciones con tal de divertir, y en manga de camisas lo busca y se va por los siente mares, hasta ser tragado por una ballena para salvar a su marioneta. El hada le promete convertirlo en un niño de verdad si se porta bien, y le da una voz, la voz de la conciencia para que lo guíe. Un pitido, en un grillo, que lo lleva por la buena senda. Pero por mentir, va cayendo en desgracias, y por ir por la mala senda, se encuentra con embaucadores, pero es su bondad el que lo salva y al final se convierte en un niño bueno. Mis creaciones, sin animo de alardear, ni ofender a nadie, pretenden ir por la buena senda, y aunque en algo se parecen a Pinocho, no mienten.
Llamé un domingo de novela a esta sección dominical, un suplemento como el que sale en los diarios, energético, vital, que dará animo y fuerza, y hablará de un libro cada fin de semana. Y como decía, un domingo de novela, porque justamente, un domingo que por lo general no leo ni escribo, lo paso fenomenal, es decir de novela, grandioso. Ademas el domingo es como un descanso, como un dios que ha trabajado en sus creaciones 6 días a al semana para al séptimo día, sentarse a contemplar todo lo que ha creado.
Hoy voy a hablar en esta primera entrega, de las aventuras de Pinocho. Si bien el tridente universal, para mí, es El Quijote, Alicia en el país de las maravillas y el Principito, el que me marco de chico y fue con el primero que escuchaba hasta el cansancio sus cassettes en el audio, y veía sus dibujos, fue con Pinocho. Además como es mi primer domingo que voy a hablar de libros, y este libro habla sobre un niño, y a mi fue el primer libro que me gusto de chico, vamos a hablar por primera vez de Pinocho.
Pinocho es un niño de madera, al que le da vida un hada madrina en la película, y ya tenia un alma que Yepeto su padre fue forjando y esculpiendo, de un vulgar trozo de madera. El padre Yepeto quiere divertir y divertirse con su muñeco, como yo divertir con mis versos. Un padre que daría todo por sus creaciones con tal de divertir, y en manga de camisas lo busca y se va por los siente mares, hasta ser tragado por una ballena para salvar a su marioneta. El hada le promete convertirlo en un niño de verdad si se porta bien, y le da una voz, la voz de la conciencia para que lo guíe. Un pitido, en un grillo, que lo lleva por la buena senda. Pero por mentir, va cayendo en desgracias, y por ir por la mala senda, se encuentra con embaucadores, pero es su bondad el que lo salva y al final se convierte en un niño bueno. Mis creaciones, sin animo de alardear, ni ofender a nadie, pretenden ir por la buena senda, y aunque en algo se parecen a Pinocho, no mienten.
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