Me molesta recibir y dar consejos. Del próximo poemario: Para todos los gustos.

Me molesta recibir y dar consejos. Del próximo poemario: Para todos los gustos.

Me molesta recibir y dar consejos,

Más si vienen, o para tu cara de pendejo.

Pero si quieres te presto mi catalejos,

Para que veas venir a los villanos de lejos.

A escribir, se aprende a escribir, escribiendo,

¿A oír? Desoye a la academia, sigue leyendo,

A los cantantes, que son los poetas el siglo XXI.

Inténtalo verás, como llegan los versos de uno en uno.

Sigue el método que mejor te convenga,

¿Oíste el refrán: ¡No hay mal que por bien no venga!?

Escribe a cuatro manos, no impidas que te detenga.

Ni la más brava tormenta, puede que algo tenga.

Las memorias es divertirte con el pasado,

La novela como solucionar el presente impuro,

La poesía hacer algunos planes a futuro,

Todos ellos intentar ver qué hay del otro lado.

Del otro lado del telón que interpreta la farsa,

Más allá de los carnavales y su comparsa.

Déjate seducir por la pluma de un poeta,

Escribe a la vieja usanza tercetos y cuartetas.

Procura hacer una danza con lobos con las musas,

Escribe lo más que puedas, mirá que no aceptan excusas,

Escribir es un acto de exhibicionismo, se escribe sin blusa,

Desnudo a la intemperie de la multitud, con notas semifusas.

Escribe mirando al mar, de espalda a los rascacielos,

Sentado en una torre de babel, en un séptimo cielo,

En tu casa de corrido, más tranquilo en un banco de plaza,

Inspirate en lo que pasa, sal por el verso a la caza.

No dejes que te de la flecha errante de Cupido,

El día que me dio, deje en un verso mi alarido,

Dispara a los corazones aunque sean de salva,

Creo que aunque escribir tonterías nadie se salva.

Bueno espero que más que consejo, esto te divierta,

Recuerda escríbelo todo, deja la puerta abierta,

A la imaginación, que baje la diosa razón,

Intenta con el corazón, veras como sale una canción.

Por último escribe a verso suelto, con desenfado,
De frente, ante la gente, de perfil contra la corriente,
que reviente sobre el papel la tinta, y de costado,
y para morder sobre tu piel un poema irreverente.