Esos que.

Esos que se sacan a Freud de la cabeza,
y veneran a la diosa certeza.
Esos sabios que no les cabe una duda,
al ver a la maja desnuda.
Esos que se sientan en una noche de café con terraza,
y cuentan los que les pasa.
Esos que espían al poeta por sobre el hombro
ver convertir en castillos los escombros.
Esos que que hacen de las cenizas buena madera,
y en los infiernos plantan una primavera.
Esos que son un oasis en un desierto de gente,
y diciendo que si, nadan contra la corriente.
Esos que dejan correr la suerte,
y coquetean con la muerte.
Esos que van de luto y prometen carnavales,
corrigiendo el final de los finales.
Esos que lo saben todo y no dicen nada,
y le lloran por las noches a la almohada.
Esos que le dan hojas para que juegue el viento,
y tinta de las venas a los cuentos.
Esos que saben dar buenos consejos:
Para la voz de la conciencia, Pepe grillo,
Para verlos venir de lejos heredé de mi padre,
los catalejos,
Y para amar de mi madre,
tengo lleno de besos los bolsillos.
Y por si me faltara algo, de mis hermanos,
me sobran, y escribo, a 8 manos.
Y para no perderme y volver por los caminos,
me tiran migajas de pan mis sobrinos,
Se corren a mi paso los molinos,
cada vez que vuelvo a la vos de la niñez,
y vuelvo a mis sueños de rapsoda otra vez.

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