52. Desengáñese Señora, la objetividad no existe. Del poemario: Un soneto no es un culo inquieto.
52. Desengáñese Señora, la objetividad no existe.
Desengáñese Señora, la objetividad no existe,
Le dije el día que me convertí en poeta,
Como quien con la poesía se desviste,
Y se queda en paños menores entre cuartetas.
Procure saber, que todo en la vida es subjetivo,
Que lastima que no se cuelgue de la cola de un cometa,
Le dije entre dientes mientras me ponía altivo,
Y que me venga venir con poesía de otro planeta.
Ya verá como mis rimas en sus manos le quema,
Y que con un verso al corazón yo la fleche,
Soy como se dicen a la vieja usanza, un buen poema.
Escribo aunque suene a poeta mala leche,
Y soy lo que a la frutilla nata y crema,
Y me iba cantando mi canción antes que me eche.
Y me iba cantando mi canción antes que me eche.
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