Lejana y desnuda.

Cuando sabe la tarde a ceniza,
y a besos prohibidos,
y el pasado es un hombre de tiza,
pintado en las aceras del olvido
la memoria se llena de aduanas
y el alma de dudas,
persiguiendo a una virgen pagana
lejana y denuda.

Cuando la noche la escribe un poeta,
sobornando con versos a la luna,
Y deja tinta roja en cuartetas,
Pensando en todas y en ninguna.
Cuando de madruga es una musa,
que se pasa de la raya,
Busca entre almohadas la excusa,
y pide en sueños que no se vaya.

Sabina nos invita a seguir una canción. La primera estrofa es de él, la segunda es mía.

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